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I Congreso de lectura literaria

 

La palabra y la honra: “Cuando pienso en sus orígenes no logro imaginarlas sino es a la par, la una por la otra. Erguirnos en dos piernas, acercarnos al cielo, balbucearlo. Balbucear el cielo, transformar una piedra en herramienta, nombrar el mundo.

Erguirnos, nombrarnos, erguirnos”. Liliana Bodoc

El Plan Provincial de Lectura, dependiente de la Subsecretaría de Planeamiento Educativo fue invitado a participar en la mesa “Políticas de Lectura” en el II Congreso de Lectura Literaria, organizado por el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.

El evento comenzó con las palabras de la Lic. Luciana Trocello, coordinadora del Plan de Lectura de Córdoba, quien convidó algunos poemas del “Libro de las preguntas” de Pablo Neruda y habló sobre el poder de la palabra como herramienta para construir una sociedad más democrática y menos desigual.

Se presentaron paneles de experiencias de “Booktubers” de estudiantes de nivel primario y secundario de diferentes localidades de la provincia de Córdoba, orquestas y coros de escuelas públicas, mediadores de lectura quienes regalaron “palabras en movimiento”, la presentación de octava edición de la revista “Palabra tomada” y una conferencia a cargo de la Mg. Andrea Brito llamada “Las prácticas de lectura literaria en la escuela: una exploración de su sentido”.

En la mesa de políticas de lectura participaron referentes de la ONG “Jeta Brava”, el grupo de apoyo a bibliotecas populares de la Universidad Nacional de Córdoba y el Plan Provincial de Lectura de Salta.

Allí se dialogó sobre las políticas públicas de lectura como una dimensión dentro de la planificación educativa, disciplina que permite leer la coyuntura, identificar problemas/necesidades y construir acciones educativas situadas para transformar la realidad.

La lectura como práctica social, cultural y pedagógica, la escuela como el lugar de las garantías que posibilita el acceso material al objeto libro y ofrece mediaciones para que los estudiantes gocen del derecho a leer. Se problematizaron prácticas, representaciones sociales sobre los “poco lectores”, criterios de selección de textos, recuperando escenas y escenarios para habilitar experiencias de lectura y generar verdaderas ocasiones, inéditas, imprevisibles que rompan con la didactización del discurso literario, su carácter aplicacionista/reduccionista, el adultocentrismo en nuestra cultura letrada/canonizada y el tono moralizante desde el cual se condiciona la posibilidad de multiplicar lo estético y la construcción de comunidades de sentido. Como afirma Graciela Montes, en La escuela como sociedad de lectura, “para quien vive dentro de una sociedad de escritura, no es lo mismo leer que no leer, no es lo mismo entretejerse y formar parte del tapiz, que quedar mudo y afuera”.

Abrir el juego, tejer redes, pensar políticas de articulación inter e intrainstitucional, con bibliotecas populares, sectores de la sociedad civil, las universidades e institutos de formación docente, diversificar el canon y las antologías hipotéticas, repensar las relaciones entre literatura y sociedad, fueron algunas de las discusiones que circularon en este espacio colectivo de construcción del conocimiento, para que las escuelas sean ventanas para leer el mundo y donde todas las voces puedan erguirse y nombrar.

Como afirma Liliana Bodoc, “Si cada palabra porta conocimiento, la palabra literaria lo porta doblemente, porque no hay un solo sentido en ella sino muchos. Porque la condición poética no solo engrosa los significados sino que genera significados nuevos”.

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