Ciclo muestra homenaje a Eduardo Mac Entyre

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EDUARDO MAC ENTYRE Ciclo muestra homenaje

Museo de Bellas Artes de Salta & Museo Casa Arias Rengel



Ciclo muestra homenaje

Museo de Bellas Artes de Salta & Museo Casa Arias Rengel


Anónimo, Eduardo Mac Entyre, Ciclo Muestra Homenaje / Anónimo ; contribuciones de Alberto Giudici. - 1a ed . - Salta : Ministerio de Cultura y Turismo de la Provincia de Salta. Museo de Bellas Artes, 2015. 48 p. ; 24 x 17 cm. ISBN 978-987-29567-7-6 1. Catálogo de Arte. I. Giudici, Alberto, colab. II. TÌtulo. CDD 708



Eduardo Mac Entyre. Muestra Antológica Idea y Producción general Museo de Bellas Artes de Salta Curaduría Andrea Elías Producción de obras y asistencia en la realización Cristian y Roger Mac Entyre Colabora Taller de Conservación y Restauración de obras de arte de la DGPC Dirección de Mantenimiento del Ministerio de Cultura y Turismo Depto. de Comunicación y registro audiovisual del Ministerio de Cultura y Turismo Staff Julia Morales Cecilia Viglione Fernanda Gonzalez Laura Martinez Buryaile Miguel Gonza José Lara Esther Zapiola Norma Acuña Eduardo Mac Entyre. Percepciones africanas Idea y Producción general Museo Casa Arias Rengel Curaduría Marta Campomar y Guillermo Pucci Staff Guillermo Pucci Wilson Condari Alejandro Rallé Paula Villar Celeste Sosa Carina Guerrero Tatiana Urzagasti Jorge González

Catálogo Coordinación editorial Betina Carbonari Texto Alberto Giudici Cuidado de edición Milagro Carón Fotografía Roger Mac Entyre - Daniela Vidal Matías Guerra Diseño gráfico Diego Scaro Agradecimientos Cristian, Roger y Analía Mac Entyre Dra. Marta Campomar Gabriela Doña Hernán Giménez Arq. Laura Sanso Checa Eugenia Garay Basualdo

Autoridades Gobernador de la Provincia de Salta Dr. Juan Manuel Urtubey Vicegobernador de la Provincia de Salta Dn. Andrés Zottos Ministro de Cultura y Turismo Dr. Mariano Ovejero Afranllie Secretario de Cultura Prof. Sergio Bravo Coordinador General de Cultura Dr. Santiago Juan Suñer Director General de Patrimonio Cultural Lic. Diego Ashur Más Coordinador de Museos Mus. Miguel Xamena Directora del Museo de Bellas Artes de Salta Lic. Andrea Elías Responsable del Museo Casa Arias Rengel Lic. Sandra Rodriguez Echazu Curadores de la Colección de arte africano Campomar Dra. Marta Campomar Lic. Guillermo Pucci


Andrea Elías & Diego Ashur Alberto Giudici

7 Presentación

I Eduardo Mac Entyre. Ciclo Muestra Homenaje 9 Vibraciones de la materia en una muestra antológica 17 Voces ancestrales de África negra II Obras 21 Museo de Bellas Artes de Salta 33 Museo Casa Arias Rengel 42 Biografía 46 Lista de obras exhibidas



Presentación

El Ministerio de Cultura y Turismo de Salta, a través del Museo de Bellas Artes y el Museo Casa Arias Rengel presenta el Ciclo Homenaje al artista argentino Eduardo Mac Entyre, uno de los principales referentes del arte concreto en nuestro país. Este homenaje, que se realiza a poco más de un año de su desaparición física, comprende dos exposiciones simultáneas que muestran aspectos diferentes de la trayectoria del artista. El Museo de Bellas Artes presenta Eduardo Mac Entyre. Muestra antológica, que reúne pinturas, dibujos, móviles y relieves ligados a la abstracción geométrica, realizados entre la década del sesenta y sus últimos años. Un recorrido por los hitos de su trabajo, que parte de su manifiesto sobre el arte generativo y llega hasta sus últimas obras, algunas de ellas expuestas por primera vez, en las que combina el uso del acrílico con la luz y el movimiento. El Museo Casa Arias Rengel, por su parte, expone un conjunto de pinturas, dibujos y serigrafías del artista que forman parte de la Colección de arte africano Campomar, donada por la Dra. Marta Campomar en el año 2009 a la Provincia de Salta. Esta colección, que en la actualidad es patrimonio artístico de los salteños, cuenta con piezas africanas tribales de los siglos XVIII, XIX y XX que Mac Entyre tomó como referencia, incentivado por Marta Campomar, para desarrollar un grupo de obras que conforman Percepciones africanas, una visión contemporánea del artista sobre piezas de la colección, y que hoy se exhiben por primera vez. Este ciclo es posible gracias al compromiso, la dedicación y generosidad de la familia de Eduardo Mac Entyre, Analía, Roger y Cristian, quienes acompañaron todo el proceso de la muestra con un profundo respeto y afecto por la obra de su padre, y de la Dra. Campomar, donante de tan significativa colección y curadora de la misma. El público local y nacional tiene, con este Ciclo Homenaje a Eduardo Mac Entyre, una valiosa oportunidad de acceder de forma cabal a su prolífica obra a la vez de comprobar y disfrutar de su vigencia. Lic. Andrea Elías Directora del Museo de Bellas Artes de Salta

Lic. Diego Ashur Director Gral. De Patrimonio Cultural

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Alberto Giudici Eduardo Mac Entyre Ciclo Muestra Homenaje


Vibraciones de la materia en una muestra antológica …las sustancias transparentes como el vidrio, el agua, el aire, etc., cuando su espesor es muy pequeño por hallarse en forma de burbujas o placas muy delgadas, muestran diferentes colores, según su diverso espesor, aunque cuando su grueso es mayor aparecen muy claras e incoloras… Isaac Newton Alberto Giudici es crítico de arte y curador. Ha curado numerosas muestras tanto en el país como el exterior y se ha desempeñado, entre 2010 y 2014, como curador del Premio de Pintura del Banco Central de la República Argentina (BCRA). En la actualidad es el curador permanente de la sala “Abraham Vigo” del Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires, y ocupa el cargo de secretario general de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (AACA/AICA).

La escena tiene lugar un domingo cualquiera, mientras se prepara el almuerzo familiar en la casa-taller de Eduardo Mac Entyre en el porteño barrio de Barracas. Sentado ya a la mesa, el artista se entretiene con un prisma que tiene en sus manos. El sol, oblicuamente, lo atraviesa y proyecta tonalidades tornasoladas que van mutando a medida que el prisma gira entre sus dedos. Pablo, su yerno, contempla ese momento casi mágico. “¿Qué está buscando, don Eduardo?”, le pregunta. La luz, la maravilla de la luz en movimiento. Es lo que quisiera apresar en mi obra, murmura, absorto en el juego cromático… La anécdota, que Pablo me relata el día de la inauguración de Eduardo Mac Entyre. Muestra antológica en el Museo de Bellas Artes de Salta (MBAS), es más que un simple relato. Sintetiza la búsqueda de toda una vida. La luz, la vibración de la luz que se descompone en infinitas tonalidades iridiscentes, como querían los impresionistas, pero adquiriendo nueva vida en el plano de la tela, según el punto de vista del que mira. Arte que se genera a sí mismo y se recrea en el ojo del espectador. Las salas del museo despliegan una precisa síntesis de etapas, procedimientos, técnicas empleadas por Mac Entyre en más de medio siglo de actividad creadora, desde 1960, cuando será el partero, junto con Miguel Ángel Vidal, del arte generativo, hasta su fallecimiento, en 2014. Al mismo tiempo, en un hecho cultural y artístico sin precedentes, en Museo Casa Arias Rengel tiene lugar Eduardo Mac Entyre. Percepciones africanas con la exhibición de medio centenar de obras realizadas a partir de la Colección Campomar de arte africano, donde el artista despliega otra vertiente, fascinante, de su extensa producción.

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Todo este hacer empalma con los tiempos de las vanguardias europeas de inicios del siglo XX, cuando en nuestro país se dan los primeros pasos de la abstracción, fundamentalmente, en las obras de Emilio Pettoruti, Juan del Prete, Lucio Fontana, o en los relieves de Antonio Sibelino, en consonancia con el constructivismo de Joaquín Torres García en Uruguay. Recién promediando la década del cuarenta, se inicia el fecundo período del arte no figurativo en el país. Fue entonces que un grupo de jóvenes se convoca en torno a la revista Arturo (1944) y posteriormente se nuclea en la Asociación Arte Concreto Invención y sus ulteriores ramificaciones: el Arte Madi y el Perceptismo. Uno de sus impulsores, Tomás Maldonado, afirmará en su Manifiesto Invencionista: “La era artística de la ficción representativa ha llegado a su fin”. Se trataba precisamente de eso, la autonomía del arte, sin otras ataduras o referencias que su propio orden interior. Las teorías de la preguerra europea, desplegadas por Kasimir Malevich, Naúm Gavo, Pevsner, Moholy Nagy, Max Bill, Mondrian, tejían su propia urdimbre en las orillas del Plata, a mediados de la década del 40, y en ese tejido, el llamado “marco recortado” emergía como un procedimiento inédito que abjuraba del tradicional “marco ventana”, aquel claustro pictórico que, hasta entonces, había encapsulado fragmentos o situaciones del mundo real. El “marco recortado” rompía con toda forma de representación figurativa, concentrándose en elementos plásticos puros y su propia materialidad concreta era penetrada por el espacio tangible, activo, constitutivo de la obra, participando así como un elemento más, “estéticamente beligerante”, según Maldonado. De este modo, añadía, el cuadro como “organismo continente” quedaba abolido. Coincidentemente, Lucio Fontana, en su Manifiesto Blanco, dado a conocer en 1946 al término de una fructífera estancia en Buenos Aires, proclamaba que el ciclo estético “de las formas paralíticas” había concluido…1 Los sólidos cimientos de una Nueva Visión, título que Maldonado da a una revista-hito que fundó en 1953, estaban plantados. Cuando algunos de los concretos, como Manuel Espinosa (1912-2006), y los miembros de la generación siguiente retornan al marco cuadrangular, nada será igual en el universo canónico de la pintura. Un universo de líneas, planos, colores, despliegan ritmos y tensiones formales, buscando sutiles y novedosas variaciones perceptuales dentro de lo que se conoce como abstracción geométrica. Las puertas de la percepción se abren a nuevas miradas. En esa tendencia, sobresalen Ary Brizzi (1930-2014), Miguel Ángel Vidal (1928-2009), Eduardo Mac Entyre (1929-2014), Carlos Silva (1930-1987), y algo más tarde, Rogelio Polesello (1939-2014). Al centrar sus bús-

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1 Los movimientos constructivistas abandonan todas las concepciones que habían predominado hasta entonces acerca de la pintura, con inclusión de la abstracta. Exigen en un sentido mucho más amplio el ‘valor absoluto’ (literalmente: la emancipación) del cuadro, no solamente liberado del mundo de los objetos, sino también de toda expresión particular, del mundo de las sensaciones, sentimientos y fantasías, y hasta de toda expresión particular. (…) Como realidad universal, no derivada de ninguna otra –y, en este sentido, no deducida (abstracta)–, recibe el nombre de concreta. Hess (1959:118)


quedas en la luz (arte óptico) y en el movimiento (arte cinético), trabajan en sintonía con el grupo de Recherche d’art visual, residente en París, impulsado por Julio Le Parc, al que hay que agregar otro argentino, Luis Tomasello. La luz en movimiento, por el efecto dinámico que crea en la retina del espectador, es la gran aventura del arte constructivo de esa década. Por esos años, en 1956, se produce la creación del Museo de Arte Moderno, impulsada por Rafael Squirru, quien será su primer director. Un museo que carece de existencia física y que recién encontrará un ámbito, también provisorio, en el Teatro Municipal San Martín, por entonces todavía en construcción. En el ínterin y hasta 1960, Squirru organiza muestras individuales y colectivas en galerías particulares, espacios públicos, instituciones culturales. Ya en 1954, había invitado a exponer a Eduardo Mac Entyre en Comte, la galería del coleccionista Ignacio Pirovano. Se cruza, aquí, otro nombre ineludible en la gran movida artística que se opera en Buenos Aires y que se liga profundamente a la obra de Mac Entyre. Abogado, director del Museo de Arte Decorativo, presidente de la Comisión Nacional de Cultura, gestor infatigable, Ignacio Pirovano es quien va a conformar la primera gran colección de arte constructivo, pilar del Museo de Arte Moderno. Conjuntamente con Tomás Maldonado y orientado por éste, Pirovano irá dando forma a un corpus de obra que atravesará las distintas corrientes abstractas en su desarrollo progresivo. Estamos en 1960, año del Sesquicentenario. Fecha de la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno que inaugura la sede del Museo de Arte Moderno. Mac Entyre tiene 31 años. La ficha del voluminoso catálogo detalla ya un largo listado de muestras, premios, distinciones en el país y en el exterior. Meses antes, en mayo de 1960, en el número 1 de la revista Caballete, que dirige Eduardo Baliari, Mac Entyre publica un extenso y medular artículo programático, que contiene las claves de su ideario estético. Si bien vislumbra “la hora del advenimiento de un arte constructivo en toda su concepción, en su problemática” que “posibilitará a los artistas desarrollar todos sus impulsos creadores”, Mac Entyre establece un sólido puente con el pasado, “basado en las eternas leyes sobre las cuales se han sostenido siempre las más grandes realizaciones del arte”. Y continúa: […] Miremos si no a los egipcios, a los griegos, el renacimiento, los orientales, el neoimpresionismo, el cubismo, el movimiento concreto y todo el arte abs-

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tracto constructivo […] El arte geométrico abstracto es un arte de creación pura, es un arte de invención, de claridad y de belleza. La realidad del arte geométrico abstracto puede parecer un poco compleja pues es una realidad destinada a la comunicación que opera con el material más difícil: “con significados visuales puros”. El proceso creador de este tipo de arte se inicia en la imagen-idea y culmina con la imagen-objeto; se trata de una figura que nace en la mente y en las profundidades de la intuición que hecha visible y traducida en un cuadro o escultura ha dado origen a un objeto concreto (Max Bill). […] El arte de la Edad Media también consistía en composiciones de formas geométricas y esas composiciones se basaban solamente en elaboraciones puramente geométricas, el arte abstracto-geométrico por el contrario, compone con elementos idénticos, pero creando nuevas formas con efectos puramente estéticos, transformando las formas primarias en otras nuevas formas con una finalidad puramente estética […] Las formas, todas las formas, tienen una propia ley de desarrollo y fuente de datos interiores, es especulando con estos de cómo una forma se puede transformar de esta manera en un tema estructural de donde se extraen una multiplicidad infinita de posibilidades, pero, eso sí, partiendo siempre de su propia ley de desarrollo y no arbitrariamente como se supone. Esto significa que el tema estructural de nuevo tipo contribuye de hecho a ampliar ilimitadamente los recursos del arte y demuestra al mismo tiempo su asombrosa adaptabilidad a cualquier otro tipo en el campo de la creación. El método es tan indicado para el nacimiento de una escultura o una pintura como para una lámpara, una mesa, una lapicera o una máquina. Es decir, se trata de un nuevo tipo de arte que abre infinitas posibilidades para la cultura, el bienestar y el placer estético del hombre de hoy con proyecciones futuras. Y en el quinto y último punto de su texto, Mac Entyre aborda su propia praxis artística, sus búsquedas y procedimientos: Actualmente estoy buscando la vibración por medio de las formas. Empleo la simetría (en algunos casos) y la repetición de elementos de dos dimensiones: rectángulos, cuadrados, círculos, escalas, etc., consiguiendo el efecto de nuevas dimensiones por medio del rompimiento del plano básico y la sensación de profundidad; aplico además, conocimientos sobre la psicología de la forma, el movimiento (cinemática) y la óptica.

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He adoptado la simetría en algunos casos, por considerar que con ella se crea el orden, la belleza y la perfección. Con la repetición de los elementos y con la semejanza de los mismos, se tiende a la proximidad y esta tiende a crear el movimiento; cuanto más se aproximen y se superpongan los signos se produce más aún el movimiento o la vibración. La vibración es sugerida entonces de cómo se ubican objetivamente los signos geométricos. Con un dibujo continuo, colocado en un ‘movimiento de traslación’ o en un ‘doble desplazamiento simultáneo en sentidos contrarios’ se produce entonces la vibración buscada. Las leyes de simplicidad, regularidad, simetría, parecen hechas justamente para ciertas y determinadas formas geométricas, las que he adoptado para la realización de algunas de mis obras. El círculo, forma adoptada en la mayoría de mis realizaciones, me resulta como la más adecuada para conseguir el efecto deseado. Estos círculos compuestos ordenadamente y casi simétricos en el plano se aproximan o se aíslan, se unen y se separan de diversas maneras, ellos se mueven hacia adelante, hacia atrás, ellos producen la sensación de entrar o de salir, de crecer, de disminuir, de girar y de vibrar. Ellos adoptan un nuevo tipo de vida, ellos cobran una nueva identidad en el espacio. 2 De ese punto, que es un círculo al fin, de esa recta, de esos elementos que en sí mismos ya GENERAN su propio movimiento, los hemos hecho desplazarse, vibrar, girar, los hemos identificado más aún con el presente y el futuro. Hemos hecho mover estos signos no solo dentro del plano básico en un sentido direccional de izquierda a derecha o viceversa, sino que les hemos dado vida proyectiva, pues ellos producen la sensación de penetrar y de salir, ellos rompen el plano básico nuevamente, no se quedan adheridos a una superficie plana solamente. Ellos crecen y se disminuyen, se GENERAN progresivamente, ellos giran y vibran, giran en su propia forma y vibran al encontrarse entre sí. Ellos producen el contraste y el clarobscuro. Ellos adoptan un nuevo tipo de vida, ellos cobran una nueva identidad en el espacio. Extracto del Manifiesto sobre arte generativo, de los artistas Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal.

Poco conocido, valía la pena citar el texto in extenso y comprender que aquello, que el atento espectador puede ver en las obras de ese período ahora exhibidas, es el preludio de un hito fundacional en el arte argentino, que lo tiene como protagonista. Meses más tarde, con el auspicio del Museo de Arte Moderno y de Rafael Squirru, Mac Entyre expone conjuntamente con Miguel Ángel Vidal en el Salón Peuser. Lo hace bajo el común denominador de “arte generativo”. Un nuevo ismo hace su presentación en la escena del arte mundial. Y como todo tiene que ver con todo, la idea de la muestra, la idea del término y la redacción del Manifiesto de Arte Generativo, que acompaña las obras de ambos artistas, fue sugerida por Ignacio Pirovano, a raíz de los escritos y la obra del artista belga Georges Vantongerloo, quien la definía como el impulso de “engendrar formas nuevas, reflejando el proceso generativo de las mismas, los fenómenos que las provocan o estos mismos fenómenos en movimiento, evolucionando en continua transformación […]”.2 La experiencia del Arte Generativo tenía dos vertientes: la línea curva de orden serial de Mac Entyre y la recta disper-

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sa abanicada de Vidal, que se entrecruzan y superponen generando múltiples variaciones y zonas de espacio. En Mac Entyre las formas circulares tienen un significado de totalidad, de unidad, y de su dinámica surge la vibración, como señalara el propio artista en los textos antes citados. Como puede verse en las obras de ese período, prevalece la simetría, y la atención del espectador se concentra en el eje central del cuadro. La convergencia de las circunferencias, trazadas con compás, sobre un color plano, acentúa la luminosidad del punto madre de la obra. La paleta es limitada: blancos, grises, negros y rojos y una mínima nota de color vibrante para exaltar la estructura lineal. “Esa nota de color –aclara– servirá solamente para iluminar. Y añade: “He descubierto también que diferenciando los espesores de las líneas se produce una mayor vibración y una mayor sensación de profundidad”. …mirar un objeto es venir a habitarlo. Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción Estamos, finalmente, en las puertas de la percepción. El cruce de lo cinético y lo óptico se fusionan en una misma aventura creativa que tiene, ahora, otro actor central: el espectador. La obra será tantas veces como sea observada, pues se construye con y desde el que la contempla. La intervención de su mirada creará siempre una obra diferente. A pesar de su aparente quietud, las obras sumergen a quien las contempla en una suerte de movimiento virtual, ilusorio, generado por el trazado lineal. La superficie del lienzo o del papel se pone, así, en movimiento desde cada ángulo en que se la observe. Al sugerir movimiento, la luz es también tiempo y espacio. El cuadro es, en sí, su propia realidad, en dialéctica interacción con el espacio circundante, como sostenía Víctor Vasarely, el precursor del op art: “Pintura y escultura devinieron dos términos anacrónicos –señalaba–. Es más preciso hablar de una plástica bi, tri y multidimensional. No se trata más de manifestaciones distintas de la sensibilidad creativa, sino del desarrollo de una única sensibilidad plástica en espacios diferentes”. Algo similar a lo preanunciado ya en 1922 por su compatriota, el artista constructivista húngaro Laszlo Moholy Nagy, quien produjo movimiento y luz con sus Moduladores: esculturas cinéticas que lo colocan además como el pionero de la síntesis de arte y tecnología.3

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3 La nueva plástica permite el desarrollo de un nuevo tipo de expresión visual. Láminas que parecen de vidrio, flexibles, que pueden curvarse convexas y cóncavas. Pueden perforarse, de modo que la luz y el pigmento se combinen formando una nueva unidad. Las fuentes de luz artificial (proyectores, lámparas movibles) pueden modificar, continuamente, la composición. Esta clase de cuadro, representa, muy probablemente, el pasaje de la pintura de caballete al despliegue de luz, un nuevo tipo de cuadros móviles. (…) Prosiguiendo con nuestra tarea, llegaremos, indudablemente, a la luz (color) refractada, móvil; deberemos “pintar” con luz prismática, fluente, oscilante, en lugar de pigmentos. Laszlo Moholy Nagy. La Nueva Visión, 1938.


En esos años 60, tan rico en novedades, Mac Entyre emplea acrílicos, generando policromías en movimiento e incorpora sobre la superficie ya pintada, con compás y tiralíneas de diverso grosor, planchas de vidrio luminaki, muy usado, por aquel tiempo, en la industria de la construcción. Este vidrio, acanalado, produce un nuevo tipo de vibración visual de modo que la compacta trama generada por el cruce y tenues desplazamientos de las circunferencias logre un efecto hipnótico. O confecciona cajas de madera, acrílico, vidrio y motor por lo que ese entramado óptico de rotación y movimiento perpetuos funciona como una cinta de Moebius que siempre retorna a su punto inicial. La producción de Mac Entyre y de Vidal no es algo aislado en el contexto de la época. Como parte de la modernización, que a partir de mediados de los años 50 venía impulsando el proyecto desarrollista, se produce un inédito acople entre industria y arte, sobre todo a partir de la emblemática creación del Instituto Di Tella, la organización de bienales, premios y otros incentivos a las artes. El trabajo de los artistas, con el volumen transparente o dinamizado y el nuevo planteo del espacio aparece estrechamente “unido al proceso técnico y al empleo de materiales distintos de los tradicionales”, como lo señala Osvaldo Svanascini. El premio Plástica con Plásticos (1966) organizado por la Cámara Argentina del Plástico, en la que participa Mac Entyre, postula al plástico como un nuevo medio de expresión, caracterizado por su naturaleza dinámica, “el material del futuro”, que exigía “audacia, visión, disponibilidad, percepción […] prever y dirigir los cambios”. Dos años más tarde, promovida por la Unión Industrial Argentina, tiene lugar la muestra Materiales, nuevas técnicas, nuevas expresiones, versión ampliada de Plástica con Plásticos, y entre 1970 y 1973, los premios auspiciados por la empresa Acrílicos Paolini abría un amplio abanico de propuestas visuales. “En este contexto se dio una segunda instancia del derrotero del arte cinético en la Argentina. La primera había sido la de la experiencia óptica que llevó a París a Julio Le Parc y a varios artistas de su generación y la del Arte generativo (Mac Entyre, Vidal, 1960)”, señala María José Herrera. Las formas “generativas” tridimensionales de Julián Althabe, las Estructuras con color-energía, donde Fioravanti Bangardini experimentaba con cambios cromáticos en la luz de gas neón, las cualidades de trasparencia y la incidencia de la luz en el acrílico que exploran Ary Brizzi y Rogelio Polesello, las

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Estructuras generativas de acrílico y luz de Davite, el aprovechamiento del calor de las lámparas para generar movimiento en las Estructuras luminodinámicas de Eduardo Rodríguez, junto con las obras generativas de Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal, conformaban una polifonía de distintas poéticas donde el acrílico, con su transparencia y capacidad de reflexión de la luz, despliega un calidoscópico mundo de formas en movimiento. Todas estas experiencias, se esperanzaba Svanascini, pueden “derivar hacia una aventura que pretende asociarse a la vida por el camino de lo estético. De allí que sea un arte de visible y acentuada integración, que se anexe a la arquitectura o, definitivamente, al mundo que nos circunda”. La utopía de la obra de arte total unida a la vida, presente en las primeras vanguardias –la rusa, la Bauhaus–, volvía a tomar cuerpo. Para Mac Entyre, los nuevos materiales son un medio y un fin pero no agotan sus búsquedas y es así que, desde fines de los años setenta, trabaja con formas más abiertas: las circunferencias que traza con el compás rehúyen la simetría anterior, generando grandes espacios y arabescos que parecen danzar y salirse de los límites del marco, con colores plenos, que han subido en intensidad y juegan un rol preponderante en la estructura compositiva. El artista busca otra dinámica visual, más despojada. La fuerte presencia de espacios vacíos, de pausados silencios inspirados en el Arte Oriental, así como el uso de esfumados que crean transiciones entre una forma y otra, contienen, según sus palabras, “una secreta voluntad organizativo-estructural de las formas”. La llave de esa secreta voluntad trasciende, sin embargo, el mero hecho compositivo: “Incorporo la luz, no solo como una representación física de la misma sino como energía proveniente de mi interior”, escribía hace apenas dos años, en 2013, en la presentación de una selección de trabajos en la Galería Zurbarán, de Buenos Aires. Y añade: “La combinación de las curvas me acerca a una alusión de los grandes ritmos cósmicos. Todo se manifiesta así como un conjunto de relaciones que terminan por incorporarse con fluidez en una misma constelación estética”. Todo es un corsi e recorsi permanente en la obra de Mac Entyre. No hay cronologías precisas, como puede apreciarse en las salas del MBAS. Tal es así que, en su última década de vida, se lo ve “recuperando y poniendo en práctica trabajos que se remontan al año 1968,” cuando fueron expuestos en el Museo Nacional de Bellas Artes en la exposición Plástica con Plásticos. En este regreso a las fuentes, el artista bucea nuevamente “en las formas primarias simples de la geometría”. Pero desde esa simplicidad recuperada, el salto es enorme, como puede verse en las últimas obras exhibidas.

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4 Cuando la placa de aire, al hacer girar los prismas alrededor de su eje común, quedaba tan poco inclinada con respecto a los rayos incidentes que se producían en ella muchos arcos delgados y coloreados que al principio tenían casi la forma de una concoide y luego iban contrayéndose gradualmente. Al principio, esos arcos eran de color violeta y azul, y entre ellos quedaban arcos blancos que, seguidamente, al continuarse el giro de los prismas, se iban tiñendo un poco en sus bordes exteriores; de ese modo, el orden de los colores, a partir del lugar oscuro central, era en ese momento: blanco, azul, violeta, etc.; pero el amarillo y el rojo eran más débiles que el azul y el violeta. Continuándose el movimiento de los prismas alrededor de su eje, los colores contraían cada vez más, estrechándose hacia el blanco, de ambos lados de este, hasta que desaparecían por completo en la blancura. Newton (1947: 176-177)

Un signo elemental (segmento de circunferencia) ha sido combinado en una estructura regular que se modifica en distintas fases, permitiendo el desarrollo de nuevas e infinitas posibilidades estéticas a partir de una curva; el dinamismo asimétrico de formas, colores y reflejos lo que produce efectos de sorpresa en la distribución cromática, de esta manera cambio el tema en función de concepción e intenciones bien determinada. El color se expresa en plenitud por incidencia de la luz y transparencia y no por medio de pigmentos, pudiendo obtener colores que van desde lo más suave hasta más intenso según la incidencia de la luz sobre la obra. (Mac Entyre, 2013. Buenos Aires: Galería Zurbarán) 4 En estas obras, alguna de las cuales se muestran por primera vez, Mac Entyre dispone sobre un soporte de color neutro (blanco) pequeñas lonjas de acrílico trasparente que ha ido curvando con calor. La disposición tiene que ver con ese concepto irregular de asimetrías que se corresponden mutuamente para dejar que la luz haga su obra, sin pigmentos. De esa manera, se logra aquello que detallaba maravillado Isaac Newton dos siglos antes, cuando la Naturaleza misma develaba su íntimo secreto y hacía que la luz blanca vibrara al compás de un prisma, depositario de la llave que abre las puertas del Universo, para proyectarse en infinitos círculos coloreados. El artista, sin imitar a la Naturaleza, recompone así el orden cósmico en sistemas constructivos que contienen, también secretamente, semillas de un nuevo humanismo. Así lo había intuido, como una profesión de fe, en aquel lejano escrito de mayo de 1960: Creo y sostengo firmemente la construcción en todos sus órdenes, en lo social, en lo ético, en lo económico, en lo técnico y científico y sobre todo creo en el hombre constructivo en cuanto a ente pensante y actuante: en el “Hombre nuevo” (Kandinsky). No es este un planteo solamente hacia una nueva estructura estética ni de una creación de nuevos medios técnicos que conducen solamente a hechos plásticos, sino de una verdadera filosofía de consecuencias constructivas en entera oposición a su antónimo, y con significados de proyección universal. Voces ancestrales de África negra Pensar “África” es intentar aproximarse a un extenso continente habitado por muy variados grupos étnicos, cada uno con su herencia ancestral. Los trazos de las actuales fronteras políticas

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no se condicen con una separación étnica. En la Federación Nigeriana, por ejemplo, se estima que se hablan doscientos cincuenta idiomas, que se corresponden con casi la misma cantidad de los grupos étnicos que la pueblan. Pensar “África” implica un ejercicio de acomodación “de la visión psicológica a la lejanía de existencias desconocidas”, tal como afirma Marta Campomar Fornieles. La mirada europea sobre el arte negro, como hacia lo el otro exótico, encerrado hasta 1935 en el Museo del Trocadero en París, había hecho un quiebre a comienzos del siglo XX en la percepción de Picasso y su estética cubista. A partir de esas máscaras y figuras rituales, recrea un nuevo lenguaje pictórico, que abrirá las puertas a la mayor revolución del arte contemporáneo. Una década más tarde, en América latina, es el cubano Wilfredo Lam quien armoniza expresiones estéticas tribales tan diversas como las africanas, las asiáticas, las americanas, captando su origen ancestral. A finales del siglo XX, más precisamente, en 1998, el argentino Eduardo Mac Entyre se encuentra con una colección privada de arte primitivo africano. Se abre en su producción generativa un afluente dedicado a abstraer, a veces con pura geometría, otras con técnicas mixtas- donde juega más la mimesis-, la magia y la sensualidad escondidas en sus interpretaciones. Fue Marta Campomar quien le acercó las obras de su colección de arte negro africano, que luego donó al Museo Casa Arias Rengel, de Salta, y que ahora se muestran allí, junto con los desarrollos creativos de Mac Entyre.5 Como señala Campomar, “Las piezas africanas que día a día, desde 1998, desafiaban su retina infatigable sobre las blancas paredes del taller comenzaron a estimular directamente su creatividad, más allá del Arte Generativo”.6 Para Mac Entyre, como para Picasso, Lam, Roberto Matta, Henry Moore en su contacto con el arte azteca, o nuestros compatriotas César Paternosto y Alejandro Puente con las culturas andinas, significó un regreso, o un ingreso, a las fuentes de la creación. Lo primitivo es pulsión interior de algo dormido en las sociedades desarrolladas. Son los artistas, que rehúyen lo meramente imitativo o la atracción decorativa, los que pueden leer los signos de un despertar tan arcaico como avanzado. El semiólogo marxista Ernest Fischer señalaba que todas las formas verbales, coreográficas, pictóricas, etc., que tenían antaño una significación mágica y social específica, se “esfuman lentamente, para ceder su lugar a una ley estética”. Añade, además que “Pese a todo el fantasma de la antigua magia pre-

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5 La colección donada por Marta Campomar en 2009, una de las más importantes de América latina, reúne 301 piezas, entre esculturas, máscaras, textiles, copas, peines, brazaletes, cucharas, bastones, cruces coptas y muñecas, realizadas en maderas, marfil, bronce y fibras. Ahora, la muestra Mac Entyre. Percepciones africanas despliega en cinco salas de planta alta del Museo, 68 obras del artista. Inicialmente, en el año 2001, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires, se había exhibido la Interpretación plástica de Eduardo Mac Entyre de Arte Negro Africano con curaduría de Osvaldo Svanascini. Gran difusor del arte de Oriente, África y Oceanía, Svanascini fue el organizador de la primera muestra de arte africano en el país, en el Museo Nacional de Bellas Artes, en 1964, con 210 piezas del Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires y colecciones privadas. 6 Campomar Fornieles, Marta (2004). Percepciones africanas, Buenos Aires: Centro Cultural Borges.


7 Fischer, Ernest (1972). “La nostalgia de las fuentes”, en Lenguaje y Arte. Buenos Aires: Rodolfo Alonso Editor.

histórica aún ronda a la poesía y a la música modernas. No carece de relación con este hecho el regreso deliberado a lo arcaico, a lo mítico, a lo ‘primitivo’, que se advierte en muchas obras y movimientos del arte moderno”.7 Detrás de la pureza de líneas, Mac Entyre extrae el sustrato rítmico, afín a su estilo, pero mucho de esa magia primigenia sobrevuela sus obras. El artista de vanguardia, que se ha liberado y ha liberado su arte de la imitación de la realidad, parece encontrar en esas piezas el eco lejano de una música interior que no le es ajena. Recuerda Marta Campomar que el origen de esta notable y fascinante experiencia creativa comenzó por azar, en una simple conversación frente a una talla africana que representaba ritos de fertilidad de una zona de Mali. “Eduardo se dejó seducir por la fuerza oculta de sus curvas agresivas y se llevó a su atelier la estatuilla Marka que resultó ser su primer desafío con el arte de África”. De esta pieza surgió el cuadro Fertilidad Marka. Fue apenas un punto de partida. Campomar le iba acercando otras piezas de los rincones más diversos del África negra que pertenecían a ritos de fertilidad agraria, de fecundidad, de la lucha entre el bien y el mal, la vida y la muerte, los ritos iniciáticos, el tránsito de lo terreno a lo sobrenatural y el contacto con el mundo de los muertos. En cada caso, encontraba estímulos a una voluntad creativa adherida “a su fuero más íntimo y a su conciencia colectiva americana”. “Daba la impresión de que no quedaría satisfecho hasta extraer el mensaje oculto de la máscara Bwa, de la talla Bambara o del fetiche Nkissi Nkondi que le inspiró un magnífico cuadro de explosiones afiladas en rojos, marrones y blancos”. Esta última pintura es un ejemplo de la capacidad de Mac Entyre para leer el mensaje cifrado de un fetiche de agresiva violencia y reinventarlo en signos plásticos puros. Así como una máscara nigeriana se trasmutó en la elegancia danzante de Hechizos femeninos Ogbo; o una Máscara Bwa, de Burkina Faso, dio pie a un creciente proceso de abstracción que, finalmente, traspasa toda apariencia para ingresar en un espacio impreciso entre el sueño y la revelación espiritual (Máscara Bwa – Luminosidad). Mac Entyre dialoga con civilizaciones lejanas y esas lecturas y reescrituras establecen lazos, cercanías y contrapuntos con el vasto universo que dejó una huella profunda en el arte constructivo argentino, el de las formas generativas desplegadas en paralelo en el Museo de Bellas Artes de Salta.

Ciclo Muestra Homenaje

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Fuentes consultadas y/o citadas Newton, Isaac (1947). Óptica o tratado de las reflexiones, refracciones, inflexiones y colores de la luz, Buenos Aires: Emecé Editores S.A. Hess, Walter (1959). Documentos para la comprensión de la pintura moderna. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión. Mac Entyre, Eduardo A. (1960). “El arte geométrico abstracto”. Caballete Nª 1, Buenos Aires, mayo de 1960. Fischer, Ernest (1972). “La nostalgia de las fuentes”, en Lenguaje y Arte, Buenos Aires: Rodolfo Alonso Editor. Campomar Fornieles, Marta (2004). Percepciones africanas, Buenos Aires: Centro Cultural Borges. Herrera, María José (2012). Escenas del arte cinético argentino. Real/Virtual. Arte cinético argentino en los años sesenta, Buenos Aires: MNBA. Rossi, Cristina (2012). Jóvenes y modernos de los años 50 en diálogo con la colección Ignacio Pirovano, Buenos Aires: Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Rabossi, Cecilia (2013). El imaginario de Ignacio Pirovano y otras colecciones, Buenos Aires; Trastienda del Curador. Ediciones Arte x Arte de la Fundación Alfonso y Luz Castillo – Asociación Argentina de Críticos de Arte, 2013.

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Ciclo Muestra Homenaje


Muestra antol贸gica Museo de Bellas Artes de Salta


Original para serigrafía del Manifiesto Arte Generativo, 1960 Acrílico s/papel, 24 x 17 cm Colección del artista


Pintura generativa, 1970 Acr铆lico s/cart贸n, 30 x 24 cm Colecci贸n del artista


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Dinamismo circular, 1973 Acr铆licos, madera y motor, 65 x 65 x 15 cm Colecci贸n del artista


Pintura generativa. Variantes de un tema, 1972 T茅cnica mixta, 49 x 49 cm Colecci贸n del artista


Composición circular, 2012 Acrílico s/madera, 100 x 100 cm Colección del artista Dinámica cromática, 2013 Acrílico s/madera, 56 x 54 cm Colección del artista


Diagonales opuestas, 2011 Acr铆lico s/tela, 100 x 100 cm Colecci贸n del artista



Tensiones sobre negro, 2008 Acr铆lico s/tela, 100 x 80 cm Colecci贸n del artista


Contraste de ritmo, 2012 Acr铆lico s/tela, 100 x 85 cm Colecci贸n del artista


Ritmos horizontales (homenaje a María Martorell), 2010 Acrílico s/tela, 100 x 100 cm Colección del artista


Percepciones africanas Museo Casa Arias Rengel


Fertilidad Marka (estudio), 1999 Serigraf铆a s/papel, 47,5 x 56,5 cm Colecci贸n Campomar Gobierno de Salta


Fecundidad Marka, 1999 Acr铆lico s/tela, 90 x 70 cm Colecci贸n Campomar Gobierno de Salta


Mirada Bwa, 2001 Acrílico y pastel s/tela, 130 x 110 cm Colección Campomar Gobierno de Salta

Magia fetiche–Congo, 2001 Acrílico s/tela, 150 x 110 cm Colección Campomar Gobierno de Salta



Reina Ife, 2000 Serigraf铆a s/papel, 55,8 x 43.5 cm Colecci贸n Campomar Gobierno de Salta


Puerta Dogon, 1999 Serigraf铆a s/papel, 54,5 x 46,5 cm Colecci贸n Campomar Gobierno de Salta


Encuentro de rojos Massai, 2000 Acrílico y lápiz graso s/papel, 73,5 x 92,5 cm Colección Campomar Gobierno de Salta

Desnudo Nuba, 2011 Acrílico s/tela, 110 x 80 cm Colección Campomar Gobierno de Salta



Biografía Eduardo Mac Entyre nació el 20 de Febrero de 1929 en Buenos Aires, Argentina y falleció el 4 de mayo de 2014, en la misma ciudad. Los estudios precedentes al año 50, con trabajos en blanco y negro en paisajes de Dock Sud y naturalezas muertas, le resultaron de valiosa experiencia para su obra posterior. En 1952 formó parte del Grupo Joven, donde estudió las raíces del arte concreto, las teorías de Max Bill, Georges Vantongerloo y la escuela de la Bauhaus. Expuso su obra por primera vez en 1954, en la Galería de Arte Comte de Buenos Aires, propiedad del Dr. Ignacio Pirovano, con dirección de Rafael Squirru, donde presentó sus bodegones y naturalezas muertas en una exposición llamada Cinco Artistas Argentinos. En 1956 participó activamente con la Asociación Arte Nuevo en exposiciones colectivas y colaborando en la redacción y edición de la revista A.N. En 1958 realizó su primera exposición individual en la galería Rubbers. En esa ocasión, el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro adquirió algunas de sus primeras pinturas. En 1959 fundó, junto con Miguel Ángel Vidal, el Movimiento de Arte Generativo de Buenos Aires, acompañado de un Manifiesto, promovido también por Ignacio Pirovano y Rafael Squirru. El término “generativo” fue sugerido por el primero para describir un arte que se propone generar formas nuevas y reflejar su proceso generativo. Este movimiento, creado en la Argentina, influyó en generaciones posteriores, tanto en el país como en el resto del mundo. Entre el 7 y el 21 de septiembre de 1960 tuvo lugar la primera exposición de Arte Generativo con obras de Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal en la galería Peuser, con el auspicio del Museo de Arte Moderno. Rafael Squirru, director del mencionado museo, prologó la presentación con la adhesión de la agrupación Euphonia de Música Argentina Contemporánea. La pieza “Planos”, de Mariano J. Etkin, acompañó la obra de Mac Entyre y fue la ocasión en que se dio a conocer el Manifiesto. Bajo la recomendación de Franz van Riel y Jorge Romero Brest, participó en el Instituto Di Tella y en 1965 ganó el Premio Nacional de Pintura en el Centro de Artes Visuales de la fundación con el mismo nombre. En 1966 le otorgaron el Premio Paolini, Salón Plástica con Plásticos, donde ya experimentaba con el movimiento, por medio de un motor y generando distintas imágenes, a través de luces, acetatos y prismas, descomponiendo la luz. En 1982 fue designado por la fundación Konex como uno de los cinco principales

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artistas geométricos de la Argentina. Asimismo, la UNESCO lo seleccionó como uno de los más representativos artistas en el arte argentino de las últimas dos décadas. En 1985 fue premiado en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Museum of Latin American Art por su “contribución al desarrollo del Arte Moderno de las Américas”. En el año 2000, su pintura Cristo la Luz se convirtió en la primera obra argentina en el Vaticano, fuera de los Museos. En ocasión del Jubileo, la fundación María Calderón de la Barca la donó a la Pontificia Academia de las Ciencias. Sus obras forman parte de las colecciones y museos más importantes del mundo, tales como: Art Institute of Chicago, U.S.A.; Art Museum of Philadelphia, U.S.A.; Ciudad del Vaticano, Pontificia Academia de Ciencias, Roma Italia; Fondo Nacional de las Artes Argentina; MACBA Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires Argentina; Malba Museo, Argentina; MAMBA, Buenos Aires, Argentina; MNBA Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina; MOLAA, Museum of Latin American Art in Long Beach, California; MoMA Museum of Modern Art, New York U.S.A.; Museo de Arte Moderno, Rio de Janeiro, Brasil; The Solomon R. Guggenheim Museum, New York, U.S.A.; University art Museum de Texas, Austin, U.S.A.; Victoria and Albert Museum, Londres, UK.

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Vista parcial de sala 4 Museo de Bellas Artes de Salta


Lista de obras exhibidas Museo de Bellas Artes de Salta 1 Original para serigrafía del Manifiesto Arte Generativo, 1960 Acrílico s/papel, 24 x 17 cm Construcción a través de una circunferencia, 1960 Acrílico s/papel, 33 x 26 cm Pintura generativa, 1962 Acrílico s/cartón, 29 x 19 cm Tramas, 1962 Acrílico s/cartón, 16 x 15 cm Pintura generativa, 1963 Acrílico s/cartón, 23 x 18 cm Pintura generativa, 1964 Acrílico s/cartón, 28 x 20 cm Tramas, 1964 Acrílico s/papel, 15 x 16 cm Generar, 1965 Tintas s/papel, 18 x 13 cm Pintura generativa, 1966 Acrílico s/cartón, 24 x 18 cm Pintura generativa, 1967 Acrílico s/cartón, 28 x 20,5 cm Pintura generativa, 1968 Acrílico s/cartón, 31 x 24 cm Pintura generativa, 1968 Acrílico s/cartón, 28 x 20 cm Continuidad, 1969 Témpera s/cartón, 24 x 17 cm Pintura generativa, 1969 Acrílico s/cartón, 28 x 21 cm En diagonal, 1969 Témpera s/cartón, 22 x 16 cm Pintura generativa, 1969 Acrílico s/cartón, 30 x 24 cm Pintura generativa, 1969 Acrílico s/cartón, 27 x 21 cm Desplazamientos de curvas, 1970 Lápiz color y acrílico s/papel, 46 x 33 cm Pintura generativa, 1970 Acrílico s/cartón, 30 x 24 cm Pintura generativa, 1971 Acrílico s/papel, 104 x 70 cm Original para 5 medallones Florentinos, 1972 Acrílico s/cartón, 36 x 34 cm Original para 5 medallones Florentinos, 1972 Acrílico s/cartón, 36 x 34 cm Pintura generativa, 1972 Acrílico s/papel, 98 x 67 cm

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Pintura generativa, 1972 Acrílico s/papel, 103 x 66 cm Pintura generativa, 1972 Acrílico s/papel, 83 x 67 cm Pintura generativa .Variantes de un tema, 1972 Técnica mixta, 49 x 49 cm Desplazamientos de curvas, 1973 Tinta (técnica mixta), 20 x 20 cm Desplazamientos de curvas II, 1973 Técnica mixta, 40 x 38 cm Dinamismo circular, 1973 Acrílicos, madera y motor, 65 x 65 x 15 cm Pintura generativa Continuidad (Variante de un tema), 1973 Serigrafía s/papel, 54 x 57 cm Pintura generativa, 1973 Serigrafía negro s/negro brillante, 57 x 54 cm Dinamismo circular, 1973 Acrílico s/madera, 65 x 65 x 15 cm Dinámico, 1975 Acrílico s/chapa, 50 x 50 cm La mirada, 1976 Técnica mixta, acrílico, 63 x 63 x 6 cm Pintura generativa, 1980 Acrílico s/papel, 35 x 22 cm Generación de espacios, 1983 Técnica mixta, 40 x 30 cm Reflejos, 1990 Acrílico y lápiz s/papel, 55 x45 cm Construcción con rectas, 1990 Acrílico y pastel s/papel, 48 x 31 cm Espacial, 2000 Acrílico s/tela, 100 x 85 cm Ritmos sobre azul, 2003 Acrílico s/tela, 112 x 82 cm Vibraciones sobre azul, 2005 Técnica mixta, 52 x 52 x 6 cm Tensiones sobre negro, 2008 Acrílico s/tela, 100 x 80 cm Luz y color en movimiento, 1995/2008 Técnica mixta, acrílico, madera, 63 x 63 x 6 cm Ritmos horizontales (homenaje a María Martorell), 2010 Acrílico s/tela, 100 x 100 cm Diagonales opuestas, 2011 Acrílico s/tela, 100 x 100 cm Desplazamiento y proyección de planos, 2012 Acrílico s/madera, 120 x 90 cm


Composición circular, 2012 Acrílico s/madera, 100 x 100 cm Espacial, 2012 Acrílico s/tela, 110 x 80 cm Composición circular, 2012 Acrílico s/madera, 100 x 100 cm Contraste de ritmo, 2012 Acrílico s/tela, 100 x 85 cm Composición circular, 2012 Acrílico s/madera, 100 x 100 cm Dinámica cromática, 2013 Acrílico s/madera, 56 x 54 cm Museo Casa Arias Rengel 2 Maternidad Bambara I, s/d Crayón s/papel, 56 x 37 cm Maternidad Bambara II, s/d Crayón s/papel, 56 x 37 cm Cristo de la esperanza, s/d Témpera s/papel, 28 x 18 cm Reina de Ife (bosquejo), s/d Grafito y aguada s/papel, 11,5 x 9 cm Abstracción Bwa (estudio), 1999 Serigrafía s/papel, 60,5 x 41,7 cm Cristo de Burkina, 1999 Serigrafía s/papel, 63 x 41,7 cm Fecundidad Marka, 1999 Acrílico s/tela, 90 x 70 cm Fertilidad Marka (bosquejo), 1999 Pastel s/papel, 29,3 x 10,3 cm Fertilidad Marka (estudio), 1999 Serigrafía s/papel, 47,5 x 56,5 cm Fertilidad Marka (estudio I), 1999 Pastel graso s/papel, 25 x 14 cm Fertilidad Marka (estudio II), 1999 Pastel graso s/papel, 28 x 19 cm Fertilidad Marka (estudio III), 1999 Pastel graso s/papel, 27 x 19 cm Figura femenina Bambara, 1999 Témpera s/papel, 57 x 31 cm Hechizos femeninos Igbo, 1999 Acrílico s/papel, 87 x 42,8 cm Máscara Bwa (estudio), 1999 Serigrafía s/papel, 62,6 x 41,7 cm Maternidad Bambara, 1999 Serigrafía s/papel, 63,5 x 44,7 cm Puerta Dogon, 1999 Serigrafía s/papel, 54,5 x 46,5 cm Puerta Dogon (estudio I), 1999 Acuarela s/papel, 52,5 x 43,5 cm Puerta Eket variación 1 (estudio), 1999 Serigrafía s/papel, 55,7 x 41,5 cm

Tjiwara abstracción en negro, 1999 Serigrafía s/papel, 63 x 32,5 cm Tjiwara abstracción con fondo crema, 1999 Serigrafía s/papel, 63 x 52,5 cm Tjiwara - Danza de la fertilidad, 1999 Serigrafía s/papel, 72 x 58 cm Encuentro de rojos Massai, 2000 Acrílico y lápiz graso s/papel, 73,5 x 92,5 cm Maternidad Mabara, 2000 Acrílico s/tela, 100 x 70 cm Imágenes urbanas Ndebele, 2000 Serigrafía s/papel, 50 x 47,8 cm Poder del ancestro Fang, 2000 Serigrafía s/papel, 62 x 46,8 cm Puerta Eket, 2000 Acrílico s/papel metalizado, 37,7 x 13,9 cm Reina Ife, 2000 Serigrafía s/papel, 55,8 x 43.5 cm Fertilidad Bwa (boceto), 2001 Acrílico y lápiz s/papel, 29,5 x 18 cm Máscara Bwa (estudio), 2001 Lápiz graso s/papel, 29,7 x 28,7 cm Macho Tjwara vertical I (esquema), 2001 Acrílico y lápiz graso s/papel, 37,8 x 14 cm Macho Tjwara vertical II (esquema), 2001 Acrílico y lápiz graso s/papel, 37,7 x 13,9 cm Magia fetiche–Congo, 2001 Acrílico y óleo pastel s/tela, 150 x 110 cm Magia fetiche–Congo, 2001 Acrílico y óleo pastel s/tela, 150 x 110 cm Mirada Bwa, 2001 Acrílico y pastel s/tela, 130 x 110 cm Mirada Bwa (boceto), 2001 Acrílico y lápiz s/papel, 40,5 x 29 cm Sueño africano, 2001 Acrílico y lápiz graso s/cartón, 37,7 x 13,9 cm Abstracción Banun (bosquejo), 2003 Témpera s/papel, 15 x 11 cm Abstracción Bembe, 2003 Acrílico, óleo y pastel s/cartón, 99,4 x 69 cm African in sights, 2003 Pastel graso s/papel, 45,6 x 53,5 cm Espíritu ancestral Kota, 2003 Acrílico y pastel s/hardboard, 99 x 69 cm Máscara Marka (estudio), 2003 Acrílico y lápiz graso s/papel, 17 x 11,8 cm Oscuro misterio de Bambana (bosquejo I), 2003 Acuarela s/papel, 35,5 x 11,7 cm Oscuro misterio de Bambana (bosquejo II), 2003 Acuarela y pastel s/papel, 35,5 x 11,7 cm Oscuro misterio de Bambana (bosquejo III), 2003 Acuarela y grafito s/papel, 36,5 x 11,7 cm

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Rock Art, 2003 Lápiz graso s/papel metálico, 29,5 x 39,8 cm El grito Komaland–Ghana, 2004 Acrílico y carbonilla s/tela, 160 x 90 cm Croissettes–Bifurcación Atlántico Sur, 2007 Acrílico y óleo pastel s/tela, 100 x 140 cm Fetiche, 2008 Dibujo al pastel s/papel, 56 x 37 cm Maternidad Komaland (bosquejo), 2008 Carbonilla y lápiz sepia s/papel, 56,7 x 37,2 cm 1 Todas las obras pertenecen a la colección del artista 2 Todas las obras pertenecen a la Colección Campomar Gobierno de Salta

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El Ciclo Homenaje a Eduardo Mac Entyre se desarrolló en dos muestras simultáneas, en el Museo de Bellas Artes de Salta y en el Museo Casa Arias Rengel. El 10 de julio de 2015, se inauguró la exposición Eduardo Mac Entyre. Muestra Antológica en el Museo de Bellas Artes de Salta y contó con obras representativas del artista, realizadas desde la década del 60 hasta el año 2013, estas últimas expuestas por primera vez a nivel nacional. En el marco de esta exposición, el museo organizó una visita guiada a cargo del artista Cristian Mac Entyre en ocasión de la inauguración y el Taller de arte generativo para niños, durante las vacaciones de invierno. Por su parte, el Museo Casa Arias Rengel inauguró el día 11 de julio Eduardo Mac Entyre. Percepciones africanas con obras que forman parte de la Colección de arte africano Campomar, patrimonio de la Provincia de Salta. La exposición contó con pinturas, dibujos y serigrafías que el artista realizara inspirado en las piezas africanas pertenecientes a esta Colección.


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